Hoy salí con mi papá y nos pusimos a charlar como siempre. En un momento hizo un comentario: "nunca te dejes estar, porque hay gente brillante que lo hace y termina en la miseria, ya que al final lo más jodido de tratar es la cabeza". Lo miré y asentí, era obvio que tenía razón. Entonces empezó a contarme un par de historias de las que yo no tenía conocimiento.
-¿Yo te conté de ese hombre que había sido locutor de radio y que fue encontrado siendo linyera?
-No.
-Vivía en una lona en el bosque, y alguien lo redescubrió. Él afirma que su voz es el mejor don que le dio Dios; ahora todos se pelean por contratarlo y causó sensación en los medios.
-Y pensar que antes ganaba bien y simplemente se dejó estar, terminando en la calle.
-También había uno que trabajaba en el New York Times y desapareció por siete años. La última vez que lo vieron estaba con su traje Armani saliendo de su Mercedes Benz. Pero parece que de hacer investigaciones periodísticas con los linyeras terminó adaptándose a su vida. Y así estuvo siete años, hasta que lo encontraron. Él afirmó que de nada le servía el dinero, que nunca había sido tan feliz. Después lo llevaron al psiquiatra y hasta escribió un libro.
-Algunos de esos linyeras son impresionantes, como ellos.
-Es cierto, a mí me sorprendió una vez uno, que estaba con pilas enormes de libros. ¡Y qué libros! Hasta en inglés leía ese hombre. Hay linyeras que son casi filósofos, que tuvieron una buena vida y educación pero les dio un arranque y prefirieron vivir en la calle. Una especie de Diógenes.
En ese momento empecé a pensar en ellos, es completamente cierto que un par resultan hasta inspiradores. Personalmente, hay uno que veo muchas veces yendo por Santa Fe y está siempre estudiando. Encima no camina, está en su silla de ruedas, con un libro y su latita para monedas.
En ese instante pasamos al lado de un chico, tendría unos veinte años. Estaba tirado en una especie de camilla y era bastante flaco por la falta de comida.
-Mirá, ahí hay uno. Solo que ese no está ahí por filósofo.
-¿Yo te conté de ese hombre que había sido locutor de radio y que fue encontrado siendo linyera?
-No.
-Vivía en una lona en el bosque, y alguien lo redescubrió. Él afirma que su voz es el mejor don que le dio Dios; ahora todos se pelean por contratarlo y causó sensación en los medios.
-Y pensar que antes ganaba bien y simplemente se dejó estar, terminando en la calle.
-También había uno que trabajaba en el New York Times y desapareció por siete años. La última vez que lo vieron estaba con su traje Armani saliendo de su Mercedes Benz. Pero parece que de hacer investigaciones periodísticas con los linyeras terminó adaptándose a su vida. Y así estuvo siete años, hasta que lo encontraron. Él afirmó que de nada le servía el dinero, que nunca había sido tan feliz. Después lo llevaron al psiquiatra y hasta escribió un libro.
-Algunos de esos linyeras son impresionantes, como ellos.
-Es cierto, a mí me sorprendió una vez uno, que estaba con pilas enormes de libros. ¡Y qué libros! Hasta en inglés leía ese hombre. Hay linyeras que son casi filósofos, que tuvieron una buena vida y educación pero les dio un arranque y prefirieron vivir en la calle. Una especie de Diógenes.
En ese momento empecé a pensar en ellos, es completamente cierto que un par resultan hasta inspiradores. Personalmente, hay uno que veo muchas veces yendo por Santa Fe y está siempre estudiando. Encima no camina, está en su silla de ruedas, con un libro y su latita para monedas.
En ese instante pasamos al lado de un chico, tendría unos veinte años. Estaba tirado en una especie de camilla y era bastante flaco por la falta de comida.
-Mirá, ahí hay uno. Solo que ese no está ahí por filósofo.
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