viernes, 28 de enero de 2011
And today...
Who are you?
Who, who, who, who?
Who are you?
Who, who, who, who?
Who are you?
Who, who, who, who?
Who are you?
Who, who, who, who?
I woke up in a Soho doorway
A policeman knew my name
He said "You can go sleep at home tonight
If you can get up and walk away"
I staggered back to the underground
And the breeze blew back my hair
I remember throwin' punches around
And preachin' from my chair
Well, who are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
I really wanna know (Who are you? Who, who, who, who?)
Tell me, who are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
'Cause I really wanna know (Who are you? Who, who, who, who?)
I took the tube back out of town
Back to the Rollin' Pin
I felt a little like a dying clown
With a streak of Rin Tin Tin
I stretched back and I hiccoughed
And looked back on my busy day
Eleven hours in the Tin Pan
God, there's got to be another way
Well, who are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
Oh, who are you(Who are you? Who, who, who, who?)
Oh Tell me, who are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
Oh Who the fuck are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
Who are you?
Who are you?
Who, who, who, who?
Who are you?
Who, who, who, who?
Who are you?
Who, who, who, who?
Who are you?
Who, who, who, who?
I really wanna know (Who are you? Who, who, who, who?)
I really wanna know (Who are you? Who, who, who, who?)
C'mon tell me who are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
Oh, I really wanna know (Who are you? Who, who, who, who?)
I know there's a place you walked
Where love falls from the trees
My heart is like a broken cup
I only feel right on my knees
I spit out like a sewer hole
Yet still recieve your kiss
How can I measure up to anyone now
After such a love as this?
Well, who are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
Tell me who are you (Who are you? Who, who, who, who?)
Oh, I really wanna know (Who are you? Who, who, who, who?)
Tell, tell me who are you (Who are you? Who, who, who, who?)
C'mon, c'mon who? (Who are you? Who, who, who, who?)
Oh, Who the fuck are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
Who are you? (Who are you? Who, who, who, who?)
Oh, tell me who are you (Who are you?, ooo?)
I really wanna to know
Oh, I really want to know
C'mon tell me who are you, you, you?
Who are you?
miércoles, 26 de enero de 2011
Desórdenes alimenticios
Así empecé a meterme en blogs y fotologs con información al respecto, y en su mayoría dirigidos por las mismas afectadas. Me pasaba horas leyendo a las princesas, viendo sus avances en las carreras y conociendo a sus thinspo favoritas. Me interesaron también libros y testimonios al respecto, por lo que me encantaron obras del estilo del best-seller de Cielo Latini, Abzurdah.
Más allá de los medios, he conocido gente con estos problemas. A una amiga mía le encontré un mensaje en el celular, dirigido a otra Ana, en el que decía "al final me pude escapar del almuerzo". Finalmente la internaron, y ella asegura que fue un sufrimiento. Otro amigo, me confesó haber tenido esa obsesión, hasta el punto de desmayarse por falta de comida.
Es que, como tantas otras, es una obsesión. Yo misma me he sentido identificada en cierto punto. Hubo un verano en el que bajé siete kilos repentinamente, sin explicación alguna. No lo hice a propósito, pero al verme así, me gustó. Estaba flaca, y se sentía bien. En ese momento me agarró un obsesión terrible con mi peso. Me pesaba varias veces al día, y si marcaba un gramo de más, me deprimía. Llegó un punto en el que veía bajar el número en la balanza, y al mirarme al espejo me veía más gorda que antes. Entonces comprendí su desesperación, esa sensación de que hasta el aparato del baño te miente. Además todos me decían que estaba muy flaca, y yo simplemente creía que estaban ciegos y que exageraban, tampoco es que hubiera bajado tanto de peso. Pero la persecución seguía.
Mi mamá dudaba de mí por haberme encontrado mirando fotos de anoréxicas y bulímicas. Mis profesoras de educación física me preguntaban todo el tiempo si había comido, porque me veían más flaca y me descomponía con frecuencia. Incluso le preguntaron a mi grupo de amigas si me veían comer en la hora del almuerzo. Aún tiempo después del suceso, me persiguieron con esos cuestionamientos. Cuando fui a Uruguay para el Parlamento, las profesoras paraguayas le dijeron a mi supervisora que no comía mucho y ella llamó a una compañera mía para preguntarle si yo tenía un desorden alimenticio. Si a mi me jodió tanto, no me imagino a la gente que realmente tiene problemas con el tema. Porque yo estoy algo acomplejada con mi cuerpo (y admito que en este mismo instante no estoy conforme conmigo y me siento gorda) pero no tengo la voluntad de hierro de una Ana o Mía, así que supongo que no corro grandes riesgos.
~Fui una figura de gusano horrorosa. Ahora, después de larva, sé que las que mueren son las mariposas.~
martes, 25 de enero de 2011
La búsqueda de felicidad no obtuvo ningún resultado.
Sugerencias:
- Comprueba que todas las palabras están escritas correctamente.
- Intenta usar otras palabras.
- Intenta usar palabras más realistas.
lunes, 24 de enero de 2011
Una triste melodía
¿Cómo llegué hasta acá?
No presiento más, no tengo armonía.
No percibo si no estás.
No comprendo qué me falta todavía.
No sé si pueda esperar.
Solo me queda una triste melodía
y no la quiero cantar.
No hay dolor que duela más
que el dolor del alma.
No se aleja así nomás.
Cosas lo hacen aliviar
pero no lo calman.
¿A quién querés engañar?
Y así son las cosas,
así es esta vida.
No me quiero conformar.
Vos tendrás tu forma,
yo tengo la mía.
Solo aprendo a lastimar.
Y así no es, así no es.
Así no es, así no es.
Y así no es, así no es.
Así no es, así no es.
No hay dolor que duela más
que el dolor del alma.
No se aleja así nomás.
Cosas lo hacen aliviar
pero no lo calman.
¿A quién querés engañar?
No comprendo qué me falta todavía.
No sé si pueda esperar.
Solo me queda esta triste melodía
y no la puedo cantar.
¡Vamos todavía!
Y encima me olvidé el cumple de mi viejo, otra vez.
Mierda.
sábado, 22 de enero de 2011
Explorando el Mater
En el aula había un grupo de chicas que se hacían llamar "las carto" (por cartoneras) y eran las chicas conflictivas del aula por así decirlo, las que nunca hacían nada, se llevaban quinientas materias y siempre se metían en problemas. Yo no hablaba demasiado con ellas, pero tampoco me llevaba mal, aunque había una que me perturbaba un poco. La chica todo el tiempo alababa lo que hacía y lo que dejaba de hacer, me decía que quería ser como yo. De todas maneras no me llamó mucho la atención, porque es algo que suele pasarme con la gente medio vaga. Ven que yo no hago nada, pero por alguna razón me va bien, y me putean y me dicen que les gustaría ser así.
La cuestión es que es que yo le hablaba a esta carto para pedirle cosas, onda cigarrillos y ella seguía idolatrándome. Un día le llegó el chisme de que yo me cortaba y me vino a preguntar si era cierto. Al instante cayeron un montón de personas a preguntarme "¿te cortás? ¿sos emo? ¿te cortás las venas?", quienes realmente lograron exasperarme. Podrida de las preguntas, agarré la cuchilla de mi sacapuntas (siempre la llevaba en el bolsillo de la cartuchera, por emergencias), dije casi gritando "sí, soy emo" y me hice un corte en la muñeca. Las más cercanas a mí quedaron medio horrorizadas, y si no me tenían miedo empezaron a hacerlo desde entonces.
Al menos con eso no me molestaron más, y yo estaba tranquila. Lo malo es que un par de semanas después, escuché a la carto de la que hablé antes diciendo "si oso (algunas chicas en el colegio me llaman así) se corta, yo también me corto". Me pareció estúpido y no creí que lo hiciera. Pero luego me contó que se cortaba con una tijera y me mostraba las marcas. En ese momento me preocupé por lo que le podía llegar a hacer a esa chica. Porque una cosa es que te idolatre con cosas tontas, como por ejemplo la mochila (una chica y yo teníamos las mochilas prácticamente iguales, a mí me decía que mi mochila era genial y le encantaba lo que le había hecho; a la otra le decía que era una rarita y que la suya era horrible). Pero, ¿cortarse para parecerse a mí? A mí me seguía dando lo que quería, así que terminé por restarle importancia. Mientras no se matara ni me lastimara a mí, lo que hiciera con su vida no era de mi incumbencia.
Sin embargo, un día me enojé con ella porque me pidió prestado el encendedor y se lo gastó todo en un día. Casi la mato, estuvo jugando con el fuego durante todo el viaje al campo, y después las carto se pusieron a hacer dibujos con aerosol y los quemaban para tener llamas con forma. Obviamente las vieron y algún problema habrán tenido, pero yo reclamé mi encendedor y la mandé a la mierda.
Después de eso no tuve mucho contacto con las carto (la otra con la que me juntaba a principio de año me pareció igual de idiota que todas las demás así que tampoco le seguí hablando) y seguí divagando por ahí, sin tener un grupo de amigas fijo, salvo una o dos chicas con las que me juntaba para comer, hacer los trabajos en grupo, etc.
Yo era bastante desastrosa en primer año, siempre sostengo que entre los doce y los trece fue mi peor época. De hecho, no hice que a la carto del encendedor le explotara un cigarrillo en la cara sólo porque una de las chicas con las que me juntaba me hinchó las bolas hasta que juré que no le iba a hacer nada. Igual, en ese momento me molestó hasta que fuera tan buena y no me dejara hacerlo.
Tampoco es que no me haya mandado mis cagadas. Yo me consideraba superior al resto, y me gustaba probármelo. Una de las chicas con las que me juntaba (se suponía que era mi mejor amiga) me caía mal. No la odiaba tampoco, y no es que no me divirtiera con ella, pero me juntaba principalmente porque ella estaba sola, y yo también. Un día la quise cagar, y así lo hice.
Esta chica tenía un fotolog, muy usado en esa época (y cuando aún nadie conocía Facebook). Lo que hice yo fue crear uno con un nombre parecido, sólo que tenía una letra cambiada. Después, me metí a los flogs de varias compañeras y las puteé, e incluso me burlé de la chica a quien estaba jodiendo. Por supuesto, que viniendo de mí, tenía que ser el crimen perfecto. Y lo fue.
Aún recuerdo cuánto me reí al ver que prácticamente todos los días venían la directora de estudios y la rectora a hablarnos del tema. Era la sensación, y todo el mundo quería saber quién era la del flog misterioso que se hacía pasar por la otra chica. Siendo yo su mejor amiga, me fue bastante sencillo hacer que me dijera quién era su principal sospechosa, mostrarme de acuerdo y empezar a escribir más como ella y darle motivos para que confirmara sus sospechas. Obviamente nadie sospechó de mí, yo era la nueva que no se quería meter en problemas. Después de meses de que nos mostraran impresiones de los insultos que había hecho el flog falso, las amenazas de los castigos que se podía ganar la culpable y la súplica de información de los que supieran algo, el caso siguió sin resolverse oficialmente, y simplemente se dejó de lado.
Habiendo acontecido esto en primer año, en cuarto año tuvimos un cumpleaños en Puerto Madero. Estábamos comiendo unas pizzas, y el tema surgió una vez más.
-¿Se acuerdan de ese fotolog trucho en primer año que insultaba a todo el mundo? Al final nunca supimos quién fue. Igual para mí era alguna del grupo de fulanita y menganita.
-Ay sí, tal cual. Era re molesto, todo el tiempo nos venían a hablar. Encima a mí también me quedó la curiosidad.
-Che, ¿nadie acá sabé quién fue, no? Me mata la intriga, es algo que tengo que averiguar antes de irme del colegio.
-Yo sé quién fue.
-¿Cómo que sabés? ¿Por qué nunca me contaste? Dale oso, decime quién fue.
-Fui yo.
En ese momento las chicas que me escucharon me miraron totalmente asombradas. No lo podían creer. Todas me felicitaron y me dijeron que había logrado salir impune de una manera impresionante. Lo peor es que hasta ahora, la dueña del flog original no lo sabe. Fue medio boludo, pero qué se yo, son cosas que uno hace de chico. Aunque ahora de vez en cuando si pasa algo alguna chica me mira y me dice "¿No habrás sido vos, no? Ojo con esa mente criminal" y se ríe. En fin, se ve que tampoco tenía muchas cosas que hacer durante ese año, ya que no eran más que los meses experimentales en el nuevo colegio.
jueves, 20 de enero de 2011
Pesadillas
miércoles, 19 de enero de 2011
Nuevo colegio, viejas emociones
Finalmente terminé la primaria y el primer día de clases en el Mater llegó. ¿Cómo fue? La verdad no sé, porque ni siquiera fui. Estaba bañándome de lo más campante, cuando mi mamá enojadísima me dijo que la hermana (la rectora o algo por el estilo) había llamado preguntando por qué no había asistido a clase. Sinceramente, yo ni siquiera sabía que ese día comenzaban. Por tanto, mi primer día fue el segundo de la mayoría.
Al principio estaba aterrada, me sentía dentro de un laberinto (o una cárcel). Cuando entré al colegio me sorprendió lo grande que se veía. Estaba lleno de gente, me sentía como en una serie estadounidense. Lo cual a su vez me asustaba más, porque me perdía hasta yendo al baño (no es que fuera difícil, pero en esas situaciones uno se pone más boludo de lo normal y no retiene ni su nombre).
Con respecto a mis compañeras, había hablado con las chicas que entraron el mismo año que yo porque nos reunieron en Diciembre para rendir unos exámenes y hablarnos un poco, pero no había tenido afinidad especial con ninguna de ellas. El primer día hablé por teléfono con otra chica del aula, porque su mamá me obligó en un intento de integración. Obviamente fue un momento muy incómodo (sin contar que luego descubrí que ella es bastante tímida en un principio) y lo único que atiné a decir era que me guardara lo que habían hecho el día anterior (como si se hiciera mucho el primer día de clases de primer año de secundaria). También recuerdo mi entrada al pasillo, y más de diez voces llamándome Sandra y después acotando cosas como "ay perdón, por atrás sos igual a Sandra" o "sos Sandra pero alta", etc. Yo entré al aula con pocas ganas de vivir y además, preguntándome quién carajo era Sandra. Después la conocí, y era lógico que me confundieran con ella: no éramos muy parecidas pero teníamos el pelo negro (algo no tan común ahí) con el mismo peinado, y éramos de las únicas que llevaban anteojos.
Tenía mi grupito de amigas, pero tampoco es que me sintiera demasiado cómoda. Por supuesto los primeros días fueron fatales, me sentía totalmente sola. Ya bastante me costaba tener que estar ahí durante nueve horas (cosa que no se comparaba a las cinco del otro colegio) para encima tener que hablarle a mi mejor amiga, la pared. Las primeras semanas comía sola en una esquina del comedor. A veces se acercaba alguna chica y me invitaba a comer con ella y su grupo usual del almuerzo, pero era más incómodo aún, prefería estar sola. Para evitarlo, hubo varios días en los que me encerré en un baño a comer. Sí, patético.
De a poco fui conociendo a las chicas, y la relación con cada una se volvió más amena. Algunas me confesaron más tarde que no me hablaban porque les daba algo de miedo. No hubo ninguna que no pensara que yo era una nerd, dark o una mezcla entre ambas. También me han acusado de emo, pero esa historia es una que va aparte.
En ese momento no me percaté, pero evidentemente la transición me afectó. Tengo severas lagunas mentales con respecto a ese año, me costó bastante recordar sucesos de ese momento. Quizás no tanto en la parte social, pero tengo un blanco en la parte académica. Aún me pregunto cómo aprobé ese año, siendo que no entendía nada de lo que ocurría. Así de simple, estaba en mi burbuja. No entendía cuándo había pruebas, no entendía que había que estudiar. En una materia me enteré que se tomaban lecciones orales todos los días recién después de haber rendido el trimestral oral (en el cual no me percaté de que me estaban evaluando hasta que me dieron la nota). A veces me pregunto por qué habré tenido esa reacción al cambio. Supongo que es una especie de negación, una vivencia en una realidad alterna y personalizada. No lo sé.
Por suerte, hoy pienso en el colegio y ya no me causa angustia. Bah, un poco. Pero es la angustia de saber que lo voy a tener que dejar.
martes, 18 de enero de 2011
Consciencia
domingo, 16 de enero de 2011
Satanismo
Buscaba cosas en internet, conseguí la biblia satánica de Anton LaVey y me interesaban los libros donde Nietzsche expresaba su repulsión hacia la religión. No podía hacer muchas más cosas considerando mi edad (apenas doce o trece años). Me llamaba la atención y me obsesioné un poco con el tema como siempre hago. Obviamente escribí frases sobre libros de catequesis, llené un diario con cosas como la clásica frase "la única iglesia que ilumina es la que arde", pegué fotos de jesús y escribí que todo su predicamento era cualquier cosa, etc. Con el tiempo me di cuenta de que era todo una estupidez y después de reflexionar a consciencia, terminé haciéndome atea. Igualmente antes también afirmaba serlo (tampoco quedaba muy bien que fuera por la vida gritando "¡soy satánica!") pero hay una enorme diferencia entre odiar a dios y no creer en él.
Dejo en esta entrada un texto que tenía escrito por ahí, recuerdo que lo copié de unas hojas que había encontrado una amiga y eran de su hermana, aún no sé de dónde las habrá sacado.
Tiempo de matar
Entre cuatro paredes de una habitación
maldices a tu vida y a toda la creación.
Tus problemas son eternos,
¿dónde mierda está Dios?
Pierdes toda tu fe y odias al señor.
Solo crees en la mentira:
no existe la paz,
no existe el amor.
Debes brindar tributo al Diablo,
ya no tienes otra opción.
Jesús está muerto.
¿Acaso esperas salvación?
La virgen no es tu madre,
ella no tiene tu sangre.
Como puedes ver
ya no hay quien te salve.
Sientes muchas ganas de escapar,
te inyectas jeringas y te empiezas a drogar.
Ves cosas horrendas que en realidad no están,
te masturbas con cuchillos pensando en Satán.
Te agrada el pecado y no es una ilusión.
Te fornica el mismo diablo y lame tu menstruación.
Sientes el poder,
el deseo de asesinar.
Es tiempo de matar.
Recorres los pasillos,
buscas una víctima ideal:
que no presente dignidad
sino virginidad.
Ves tu rostro en un espejo
y levantas el cuchillo ensangrentado.
Sientes el poder,
el deseo de asesinar.
Es tiempo de matar.
sábado, 15 de enero de 2011
21 guns
When it's not worth dying for?
Does it take your breath away
And you feel yourself suffocating?
Does the pain weigh out the pride?
And you look for a place to hide?
Did someone break your heart inside?
You're in ruins
One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky, you and I
When you're at the end of the road
And you lost all sense of control
And your thoughts have taken their toll
When your mind breaks the spirit of your soul
Your faith walks on broken glass
And the hangover doesn't pass
Nothing's ever built to last
You're in ruins
One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky, you and I
Did you try to live on your own
When you burned down the house and home?
Did you stand too close to the fire
Like a liar looking for forgiveness from a stone?
When it's time to live and let die
And you can't get another try
Something inside this heart has died
You're in ruins
One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky
One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky, you and I
Self Injury
".... antes de hacer el primer corte recordá... te va a gustar.
La sangre y el dolor te serán adictivamente liberadores… Incluso aunque pensés que solo vas a hacerte unos cortes diminutos, que no serán profundos y se curarán fácilmente... Se harán más profundos. Dejarán marca. A veces durarán meses para curarse, y años para que las cicatrices se desvanezcan.
Si creés que te vas a limitar a cortarte en una sola área de tu cuerpo… pensalo de nuevo… cuando no tengas más espacio, te extenderás a otras partes… Debés estar listo para alejarte de otros y vivir en un estado de vergüenza constante. Incluso si sos la persona más honesta sobre la tierra... te descubrirás mintiéndole a la gente que amás.
Te quitarás de tus amigos cuando te toquen, como si tuvieran las manos llenas de veneno… te aterrorizará que sientan algo bajo la tela de tu blusa o camisa, o simplemente porque es demasiado doloroso que te toquen.
Debés estar list@ para tratar de mantener el control al no saber qué tan grave será el próximo corte… Solo tenés que esperar para que 10 cortes se conviertan en 100… alistate para que tu vida entera gire alrdedor del pensamiento de cortarte, curarte y cubrir tus heridas…
Y sólo esperá hasta a que llegue la primera vez que te cortes “demasiado profundo"... Y te asustes porque la sangre no para... y no puedas dejar de temblar… Te viene un ataque de pánico y te desesperás por no poder decirle a nadie, entonces te sentís más solo… Rezás para que estés bien, al tiempo que jurás que nunca más te cortarás tan profundamente… pero lo volverás a hacer…
Despreocupate, aprenderás a cuidar tus heridas de forma que cada vez sean más y más profundas y evites las salas de emergencia. Te engañarás a ti mismo y te justificarás cuando tengas que gastar grandes cantidades de dinero en cremas, ungüentos, esparadrapo, etc… cada vez que vas a la farmacia. Sentirás latir tu corazón cada vez que te acerques al mostrador para pedir tus medicamentos… maripositas para cerrar las heridas, 2 o 3 antibióticos, cicatrizantes… Te impacientarás porque avance la fila, al tiempo que nadie se preocupa o te pregunta para qué ocupás todas esas cosas…
Y al mismo tiempo en secreto esperarás que alguien lo note... alguien que esté de pie a tu lado pidiendo exactamente las mismas provisiones... alguien que te entienda, pero por supuesto, eso nunca pasa.
Medicamentos no será en lo único en que gastarás tu dinero. Alistate para tener que comprar un nuevo guardarropa. Blusas y camisas de manga larga en colores veraniegos, pulseras, cintas, muñequeras, guantes… la lista sigue y sigue.
Empezarás a ver a todos de un modo distinto. Disimuladamente revisarás sus cuerpos buscando algún indicio de autoagresión, solamente esperando encontrar a alguien igual que vos para no sentirte tan terriblemente sol@.
Se te volverá costumbre, al tiempo que no te darás cuenta cuando inconscientemente explorás con tu vista sus muñecas y brazos… esperando que sean iguales a los tuyos… pero no lo son. Verás sus brazos limpios de cicatrices y te avergonzarás y te sentirás más sol@.
Empezarás a hacer muchas cosas sol@. Lavando tu ropa en privado para que nadie note las manchas de sangre en tus sábanas… tendrás que andar limpiando sangre… del baño, del teclado de la computadora… llegarás al punto en que no serás capaz de aguantar un solo día sin cortarte.
Cuando menos te des cuenta, estarás en un baño público cortándote o picándote las cicatrices con una navaja o aguja que guardás para “casos de emergencia”… Cuando necesites desesperadamente hacerte algo, cualquier instrumento se convertirá en tu arma: tijeras, llaves, una aguja, un clip… hasta un lápiz o lapicero. No importa lo que sea, si de verdad sentís la necesitad, encontrarás algo.
Despedite de las cosas que diste por sentado, como usar pantalones cortos o sandalias, pedicures, tops. Un día de verano normal, en una playa o piscina, se convertirá en un recuerdo para vos.
Preparate para rascarte. Porque las cicatrices picarán… vos picarás, tanto que parecerá que tenés pulgas o alguna alergia en la piel.
Te volverás expert@ en tu cuerpo, al tiempo que lo destruís cuidadosamente. Soñarás con cortarte, soñarás con que todo el mundo se da cuenta de lo que hacés. Esto te atormentará día y noche y tomará control de tu vida. Lamentarás haber hecho aquel primer corte, porque al mismo tiempo que lo odiás, lo necesitás y no podés vivir sin ello…"
viernes, 14 de enero de 2011
Automutilación
Mis primeras experiencias con la automutilación se situaron en el último año de mi primaria, cuando tenía doce años. Yo sabía que mi mejor amiga se cortaba, pero nunca se me había ocurrido hacerlo. Un día, sentada en el escritorio, empecé a ver mi compás de otra manera. Sí, me tentó un compás, aunque suene raro. ¿Qué podía perder? Total, era solo una experiencia nueva, para probar, no me iba a pasar nada por eso. Grave error. Ese día me hice apenas unos rasguños en el brazo que se desvanecieron a los pocos minutos, pero me había metido en un juego del cual no se puede salir hasta acabar la partida.
Con el tiempo, los cortes se fueron profundizando y multiplicando. ¿Razones? No lo sé. Algunos tenían un motivo especial, otros eran fruto de mi desesperación y depresión. ¿Instrumentos? Cualquier cosa. Tijeras, cuchillos, sacapuntas, hojas de afeitar, las uñas, la tapita de la bic que estaba tirada en el suelo; todo le viene bien a alguien que tiene ganas de hacerlo.
Estuve bastante tiempo sin ser descubierta, pero finalmente mi mamá vio los cortes. De una manera muy estúpida por cierto, ya que yo había salido de bañarme y ella me dijo "te lavé la otra toalla". Yo con toda la naturalidad del mundo extendí el brazo para agarrarla, me había olvidado por completo que no estaba en condiciones normales. Recuerdo que me miró abriendo los ojos como platos y me dijo que en un rato hablábamos. Me cambié, ella entró en mi cuarto y empezó el clásico interrogatorio del padre que descubre que su hijo hace algo que no debería. Tendrían que haber visto mi desesperación cuando le dije que yo me había cortado y no me creyó. Por alguna estúpida razón, estaba convencida de que alguien más lo había hecho. En ese momento entré en crisis, odio cuando digo la verdad y no me creen (aunque debo admitir que tampoco era culpa de las pobres lámparas). En fin, fue una situación familiar tensa típica que derivó en empezar mi tratamiento psicológico, el cual detallé en otro momento.
Y así, empezaron mis enfrentamientos con la gente. Recuerdo unas vacaciones en Entre Ríos, con mi prima, mi primo y la mamá de él. Una madrugada hablamos durante bastante, sobre cosas diversas. En un momento, la mamá de mi primo dijo "Hay muchos chicos que tienen problemas y se cortan con Gillettes, aunque ustedes no lo crean, ¡es cierto! Imagínense lo mal que deben estar para hacer algo tan loco, son todos chicos con falta de afecto, problemas en la familia, agradezcan que ustedes no son así". Sinceramente no sabía dónde meterme en ese momento, me sentí incómoda. Obviamente me hice la boluda y dije "sí, qué feo, pobres pibes" y hablé de algo más.
Ciertos comentarios se te graban en la memoria de manera permanente. Algún "¿sos emo?" o una exclamación de repugnancia cuando te ven en una pileta y se traduce verbalmente en un "¿qué te pasó en la pierna?" Por supuesto, siempre seguidos de cara de asco, lástima, miedo o algo así. Solo porque esa clase de problemas no es muy bien visto en la sociedad. Bah, prácticamente ningún problema, siempre terminás siendo loco, mala persona o una basura inmoral.
Es por eso que a mí no me molesta hablar del tema. Si alguien va a dejar de hablarme por eso, definitivamente no era alguien con quien valía la pena juntarme. Lo cual tampoco significa que los demás tienen que aprobar la automutilación, sino aceptar como es uno y si es posible, ayudarlo a estar mejor. Además, compartirlo es una buena forma de que los demás se abran y se sientan cómodos con los asuntos que les afligen a ellos. Para otro self injurer, es inspirador saber que no está solo. Pero a veces, se vuelve más perjudicial aún.
Yo conocí y hablo con varias personas que se automutilaron alguna vez. No sería justo decir que tiene la culpa de ciertas cosas porque la responsable de todas mis acciones soy yo, pero una de ellas es el ejemplo perfecto para explicar cómo un SI (self injurer) puede perjudicar a otro SI.
Llamémoslo ser misterioso que encubre su persona bajo el nombre ficticio X, simplemente X para abreviar. Resulta que un día conocí a X, quien me pareció una persona sumamente interesante. Después de muchas charlas y de haberle confesado mi situación como automutiladora, me enteré de que X estaba en la misma situación que yo. Podemos decir que se formó una buena amistad (con cimientos extremedamente depresivos) y hablamos bastante del tema. X siempre me contaba cuando se cortaba, así como yo le contaba cuando yo lo hacía. Pero ¿qué pasó? Me obsesioné. Cada vez que X se hacía un corte, yo me cortaba. Dirán que es estúpido, que no tiene ningún sentido. Para mí lo tenía. Solo quería sentirme como X, estar más cerca de X, compartir cosas con X. La obsesión mata.
Un día, X me hizo prometer que no me cortara más y me dijo que no lo haría tampoco si yo cumplía mi palabra. Trato hecho, no me corté más. Pero un par de meses después estábamos charlando y me contó que se había cortado. En ese momento quedé destruida. No sé por qué mis sentimientos fueron tan dramáticos, pero simplemente supuse que ni siquiera se había acordado de mí, que no le interesaba, que no me quería y mil otras cosas que me atravesaban el corazón como agujas. Tiré a la basura cualquier promesa, y sin importarme X seguí con mi vida, y por supuesto, cortándome.
Entre otros altibajos emocionales continuó mi vida, con ciertas crisis, como cualquiera. Actualmente no me corto, pero soy consciente de que eso podría cambiar en cada momento. Probablemente eso se catalogue como "aún no está recuperada" pero para mí es lo más lógico, la automutilación es una fijación, una adicción, y como cualquiera de ellas, es difícil sacársela de encima. Es un fantasma que te sigue, que te pone algo filoso al lado y te dice "vos tenés ganas de hacer esto" y tenés que aprender a ignorar.
jueves, 13 de enero de 2011
Suicidio
Un ejemplo concreto (no podía faltar, por supuesto) es el de mi padre: un hombre depresivo, con problemas de violencia, alcohol y drogas. Hay miles de personas que sufren en la vida, con determinadas circunstancias que las llevan a la depresión. Pero eso no siempre se traduce en un impulso suicida, generalmente por cobardía, miedo a lo desconocido o un elevado autocontrol. Lo cual no evita que el deseo aparezca repentinamente en la mente de la persona y que la misma desee ese momento aunque no crea ser capaz de enfrentarlo. A veces, ciertas ayudas alteran el pensamiento regular de alguien y le dan ese último impulso que le faltaba. Y aunque no lo concrete, siente la desesperación de haberlo considerado como una opción tan cercana, factible, perfecta.
Recuerdo la noche en que mi papá me dijo que se iba a suicidar. Obviamente en ese momento le creí y jamás debo haber llorado tanto como esa vez. Simplemente me empezó a hablar, como siempre, y me dijo que se iba a matar. Tenía la tranquilidad de quien sabe que no tendrá que pasar por más sufrimiento. Nunca más.
Me recomendó un libro, que sabía que me gustaría y había sido influyente para él en su adolescencia. Cosmos, de Carl Sagan. Me dio un par de instrucciones más, me pidió que no estuviera triste y otras cosas que no vienen a mi mente con claridad. Simplemente estaba destruida.
Al final no lo hizo, pero siempre me quedé con la idea de que no debería sorprenderme si un día me levantaba y alguien me decía que ya no estaba acá. Días después del incidente, noté un documento en la compu que no era de mi autoría. Lo abrí y lo leí. Lo reproduzco a continuación.
sucidio es la salida magica de todos los problemasLo copié tal cual estaba en el block de notas. Era deprimente, estaba tan drogado que ni siquiera podía escribir bien. Yo ya sabía el estado en el que estaba ese día, pero con más razón creí que lo haría. Andá a saber por qué sigue acá.
me quiero morir y lovoy a lograr
el sucidio es un derecho que puede optar una persona, ya que la vida es un derecho y no una obligacion
cuando nada queda en esta vida y acabas fracasado en todo, si no puedes vivir a gusto, ¿porque seguir viviendo? lo mejor es dejar en paz a los demas, que en cierto modo te alientan.
supongo que por mucho desee suisidarme el problema es la cobardia porque el se mata es doble miente valiente porqe adelanta lo inevitable todos moriremos.
Yo creo que a los depresivos se los juzga demasiado y entiende poco. Es algo que va más allá de uno, no es mera exageración. Pero ¿quién soy yo para decirlo? Una más de la tribu. Y sí, de lo contrario no estaría escribiendo estas cosas ni pensaría todo lo que pienso. Qué triste es la vida che.
"La obsesión con el suicidio es característica del hombre que no puede ni vivir ni morir y quien nunca aparta su atención de esta doble imposibilidad".
-Emile Cioran
"Me gustaría cambiar la palabra suicidio por suisad, que significaría tristeza del yo. Creo que eso sería más esclarecedor que decir que alguien se ha matado. Ellos quieren salvarse a sí mismos, pero matar la tristeza".
-P. Cantor
Tú eres valioso para mí
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
___Era un día aciago, como cualquier otro que se pasara dentro de ese establecimiento miserable al que los infantes esperanzados llamaban hogar. Pequeños copos de nieve se posaban sobre los marcos de las ventanas. Las continuas ráfagas de viento no hacían más que esparcir desasosiego por donde quiera que pasaran, asegurándose de que en ningún rincón de la ciudad reinara la calma. Probablemente, muchas personas pensaron que era una mañana perfecta para dar descanso eterno a sus corazones compungidos. Por lo menos, eso es lo que yo pensaba.
___Ignorando la tristeza que me invadía me dirigí al comedor dispuesto a desayunar. La comida no era abundante, pero me satisfizo. Al poco tiempo, empezaron a llegar los visitantes. Los rostros cambiaban todos los días, sin embargo el anhelo era siempre el mismo. Aquellas personas soñaban con encontrar pequeñitos sonrientes a los cuales amar como si fueran fruto de sus entrañas. Contemplaban a los niños mientras jugaban y pensaban en lo hermoso que sería que su alegría los acompañara por el resto de sus vidas. Pero rara vez reparaban en mí, el chico solitario. Esporádicamente se acercaba alguien y preguntaba acerca de mi conducta, pero todos se alejaban inmediatamente al enterarse de mi carencia de la facultad del habla.
___Para mi sorpresa, ese día fue diferente. Una mujer se acercó a mí con entusiasmo y me trató cariñosamente a pesar de mi discapacidad. Supuse que era una buena persona, ya que la mayoría de la gente desprecia al que es diferente. Además, era muy bonita. Poseía diminutos ojos verdes y cabellos dorados que caían sobre sus hombros. Su nariz era respingada y le daba un toque gracioso a sus expresiones. Se veía como una persona alegre pero sobre todo sencilla, porque no era demasiado meticulosa con su aspecto personal y su vestimenta no era para nada ostentosa. Me contó un par de historias graciosas e hizo algunas preguntas que yo podía contestar asintiendo o negando con la cabeza. Estaba divirtiéndome mucho, pero ella debía irse. Afligido, la seguí con la mirada hasta que desapareció tras la puerta.
___Las mañanas siguientes se desarrollaron como de costumbre. Luego de un par de semanas del peculiar encuentro, me informaron que me mudaría a un hogar para realizar un período de prueba, luego del cual podrían adoptarme si así se dictaminaba. Me pareció una buena oportunidad para variar la rutina, pero me preocupaba el hecho de tener una nueva familia. Estaba convencido de que tarde o temprano se hartarían de mi mudez y desistirían del deseo de tener a alguien más junto a ellos.
___Por fin llegó la tarde en que cambiaría de hogar. La nueva casa se veía bastante acogedora, rodeada de arbustos y pinos. Un camino empedrado me condujo hasta la entrada y la asistente que me acompañaba tocó el timbre. La puerta se abrió rápidamente, como si nos hubieran esperado con ansias. Acto seguido apareció frente a nosotros la mujer que había conocido anteriormente, quien nos invitó a pasar. Apoyé la maleta con mi ropa sobre una pared y me senté en un amplio sillón de la sala de estar. Una vez allí, me percaté de que había un hombre presente en el cuarto. Él también era rubio, pero el color de sus ojos era un azul profundo, que fácilmente podría haber sido confundido con el mar. Las facciones de su rostro eran delicadas y lo hacían verse simpático. Fue a sentarse junto a la mujer, quien estaba en una de las sillas que rodeaban la mesa del comedor, y hablaron con la asistente durante mucho tiempo, mientras yo tomaba leche con cereales.
___Habiéndose ido la señora que me acompañó hasta la casa, la pareja se acercó a mí. Los dos se presentaron, me contaron sobre sus gustos y yo les comuniqué algunos de los míos valiéndome de una hoja y un lápiz. Así, empezamos a entrar en confianza y nos vimos envueltos en una etapa de descubrimientos. Me sentía tan cómodo en esa casa que dejé de pensar en ellos como dos extraños, para pasar a considerarlos mis padres.
___Después de dos meses de mi llegada, se sentía como si hubiera pertenecido a la familia durante toda la vida. Me emocioné muchísimo cuando me contaron que el período de prueba había terminado y podría unirme definitivamente a mis nuevos padres. El trámite demoró un poco, pero finalmente se concretó. No recibiríamos visitas de la asistente social y tampoco tendríamos que hacer informes sobre nuestra actividad, seríamos una familia como cualquier otra.
___Pasábamos mucho tiempo juntos, jugando a la pelota o haciendo dibujos sobre nuestros animales preferidos. También visitamos lugares interesantes, como museos o teatros, de los cuales siempre había oído hablar pero nunca había tenido la oportunidad de conocer.
___Una de las cosas que más disfrutaba, era pasear en el auto. Me divertía admirando el paisaje detrás de las ventanillas e imaginando historias con la gente que caminaba sobre las veredas como protagonistas. Es por eso que el día de mi cumpleaños, mis padres insistieron en conducir hasta un prado a unas dos horas de viaje de nuestra casa y hacer un picnic allá. Yo acepté inmediatamente, maravillado ante la idea de tener tanto tiempo para disfrutar el recorrido, especialmente porque sería en una ruta, lo cual significaba que veríamos muchos animales. Preparamos todo lo necesario para el picnic, lo guardamos en el baúl del coche y nos subimos al mismo dispuestos a partir. Nos abrochamos el cinturón de seguridad y el motor se puso en marcha.
___Viajamos tranquilamente durante una hora, hasta que divisamos algo que nos preocupó. Un auto que venía en sentido contrario al nuestro, parecía haber perdido el control y comenzó a desviarse de su carril.
___De repente, el panorama se volvió caótico. Escuché gritar a mi madre y nuestro auto empezó a dar violentas sacudidas. El miedo me invadió completamente, por lo que cerré los ojos. Quise gritar pero, como de costumbre, fui incapaz de emitir sonido. Sentí un gran choque, luego del cual el vehículo dio un par de vueltas y cayó por una pequeña pendiente. Cuando finalmente se detuvo, me di cuenta de que estaba bastante lastimado, pero el cinturón de seguridad me había mantenido en mi asiento. Abrí los ojos y contemplé a mi madre. Quería asegurarle que todo saldría bien, que no había nada para preocuparse. Nuevamente intenté hablar y decirle cuánto la quería, pero todos mis esfuerzos fueron en vano. Luego fijé la vista en mi padre, quien parecía dormido. Sonreí pensando en que la siguiente vez que lo viera, probablemente estaría dándome galletitas y acariciándome el pelo como si nada hubiera sucedido. Al poco tiempo, me quedé dormido.
___Cuando desperté, me comunicaron que tendría que regresar al orfanato.
___He vuelto al establecimiento, pero ahora lo veo distinto, a pesar de que la madera cruja como siempre y la pintura de las paredes continúe resquebrajada. Ya no soy el chico que se aparta, sino el que más disfruta jugar con los otros. Cada mañana me levanto con una sonrisa en el rostro, pensando en los momentos felices que viví con las personas que más quise. Ellos son valiosos para mí porque me ayudaron cuando más los necesitaba y me cuidaron como a un tesoro irremplazable. Les estaré eternamente agradecido: ahora sé lo que es amar.
miércoles, 12 de enero de 2011
Justicia
Si hubiera un ser superior a nosotros debería decidirlo él. Pero ni siquiera creo eso posible. Y aunque lo fuera, ¿qué derecho tiene? ¿Por qué usaríamos la palabra superior para referirnos a él? Si nos hubieran creado, ¿sería ese ser mejor que nosotros? Y entonces podría formar una cadena de ¿qué es ser mejor que alguien? ¿Qué es bueno y malo? Y al final, no tengo ninguna respuesta. Y todo me lleva a la conclusión de que no puedo creer en nada, solo aceptarlo y vivir con ello. Pero al no estar conforme, me deprimo. Y más cuando veo que la gente no lo entiende cuando intento explicarlo y me intentan convencer de que lo que yo digo tiene que estar mal.
Acúsenme de loca, pero yo estoy convencida de que aunque debe ser incorrecto no lo es.
-{ And maybe I'm crazy but at least I'm still around }-
martes, 11 de enero de 2011
Time
You fritter and waste the hours in an offhand way
Kicking around on a piece of ground in your home town
Waiting for someone or something to show you the way
Tired of lying in the sunshine
Staying home to watch the rain
And you are young and life is long
And there is time to kill today
And then one day you find
Ten years have got behind you
No one told you when to run
You missed the starting gun
And you run, and you run to catch up with the sun, but it's sinking
Racing around to come up behind you again
The sun is the same in a relative way, but you're older
Shorter of breath and one day closer to death
Every year is getting shorter
Never seem to find the time
Plans that either come to nought
Or half a page of scribbled lines
Hanging on in quiet desparation is the English way
The time is gone
The song is over
Thought I'd something more to say
Home, home again
I like to be here when I can
When I come home cold and tired
It's good to warm my bones beside the fire
Far away across the field
The tolling of the iron bell
Calls the faithful to their knees
To hear the softly spoken magic spells
lunes, 10 de enero de 2011
Dormir
Todos los días, doy vueltas en la cama durante horas hasta que me quedo dormida. Más de una vez simplemente no pude hacerlo, y me levanté a esperar que el cansancio fuera más fuerte que yo. Pero tampoco es que duerma poco, porque he llegado a dormir hasta dieciséis horas de corrido. Mi mamá me pregunta cómo puedo estar tanto tiempo en la cama. Y la respuesta es sencilla: no hay ninguna razón para levantarse. Lo mío es un abrir los ojos, mirar alrededor y decirme: "¿Para qué te vas a levantar si no vas a hacer nada productivo? Mejor quedate donde estás y al menos no molestás a nadie". Cosas para hacer tengo, ganas me faltan. Tampoco es que le vea mucho sentido a mis asuntos pendientes, prefiero dejarlos pasar.
Por eso, el irse a dormir es una especie de evasión de todos los problemas. Estás durmiendo, no tenés por qué hacer nada, sos inmune. ¿Para qué enfrentar la vida si podés acostarte como una marmota todo el día? Cuando no tengo ganas de hacer nada, duermo. O me desvelo, y quedo medio dopada, que es casi lo mismo. El problema es que después lo pensás un poco y es un tanto deprimente, ya que es como emborracharse o drogarse, pero socialemente más aceptado.
Odio ser tan pajera, pero simplemente no tengo ganas de nada. A veces me sorprende, creo que si fuera por mí me sentaría en una silla a ver cómo se me pasa la vida. Incluso me preocupa cuando pienso en mi futuro. Voy a crecer y como no voy a tener ganas de trabajar me voy a dormir. O voy a ir con mi expresión vegetativa corriente y un día me van a intentar apuñalar creyendo que soy un zombie.
En conclusión, dormir es simplemente una buena excusa para acostarme en la cama y no hacer nada, pero sin que nadie me rete por ello.
~Oh how I wish to go down with the sun. Sleeping, weeping, with you.~
domingo, 9 de enero de 2011
Have you ever seen the rain?
There's a calm before the storm,
I know;
It's been comin' for some time.
When it's over, so they say,
It'll rain a sunny day,
I know;
Shinin' down like water.
I want to know, have you ever seen the rain?
I want to know, have you ever seen the rain
Comin' down on a sunny day?
Yesterday, and days before,
Sun is cold and rain is hard,
I know;
Been that way for all my time.
'Til forever, on it goes
Through the circle, fast and slow,
I know;
It can't stop, I wonder.
I want to know, have you ever seen the rain?
I want to know, have you ever seen the rain
Comin' down on a sunny day?
Yeah!
I want to know, have you ever seen the rain?
I want to know, have you ever seen the rain
Comin' down on a sunny day?
sábado, 8 de enero de 2011
La vita è bella
Sé que esta entrada no tiene mucho sentido, pero no puedo dormir y sentí que debía escribirlo. Arrivederci principessa.
viernes, 7 de enero de 2011
Linyeras
-¿Yo te conté de ese hombre que había sido locutor de radio y que fue encontrado siendo linyera?
-No.
-Vivía en una lona en el bosque, y alguien lo redescubrió. Él afirma que su voz es el mejor don que le dio Dios; ahora todos se pelean por contratarlo y causó sensación en los medios.
-Y pensar que antes ganaba bien y simplemente se dejó estar, terminando en la calle.
-También había uno que trabajaba en el New York Times y desapareció por siete años. La última vez que lo vieron estaba con su traje Armani saliendo de su Mercedes Benz. Pero parece que de hacer investigaciones periodísticas con los linyeras terminó adaptándose a su vida. Y así estuvo siete años, hasta que lo encontraron. Él afirmó que de nada le servía el dinero, que nunca había sido tan feliz. Después lo llevaron al psiquiatra y hasta escribió un libro.
-Algunos de esos linyeras son impresionantes, como ellos.
-Es cierto, a mí me sorprendió una vez uno, que estaba con pilas enormes de libros. ¡Y qué libros! Hasta en inglés leía ese hombre. Hay linyeras que son casi filósofos, que tuvieron una buena vida y educación pero les dio un arranque y prefirieron vivir en la calle. Una especie de Diógenes.
En ese momento empecé a pensar en ellos, es completamente cierto que un par resultan hasta inspiradores. Personalmente, hay uno que veo muchas veces yendo por Santa Fe y está siempre estudiando. Encima no camina, está en su silla de ruedas, con un libro y su latita para monedas.
En ese instante pasamos al lado de un chico, tendría unos veinte años. Estaba tirado en una especie de camilla y era bastante flaco por la falta de comida.
-Mirá, ahí hay uno. Solo que ese no está ahí por filósofo.
miércoles, 5 de enero de 2011
Terapia
La cabeza es lo más jodido de nuestro cuerpo. Convencida estoy de que cualquier enfermedad de salud, por más terrible que sea, no le llega ni a los talones a las enfermedades mentales. Perdónenme si esta afirmación les parece arriesgada o descabellada, pero es más fácil que un paciente que ha sufrido cáncer se recupere a que aquel que tiene un trastorno cerebral grave lo haga. ¿Por qué? Alguien a quien se le diagnostica cáncer no tiene que hacer nada. Es obvio que no era algo previsto, y por ende desea seguir viviendo. Pero digamos, tiene que cumplir con el tratamiento, ingerir las medicinas y depositar todas sus esperanzas en que todo saldrá bien. Para curarse de una enfermedad mental (más allá de que se necesiten medicamentos que acompañen el tratamiento) uno tiene que querer hacerlo. Y simplemente eso, te puede llevar la vida.
La respuesta de la mayor parte de la gente es simple "andá a un psicólogo". Ojalá fuera tan fácil. Cada persona es un mundo, y el especialista que te atiende tiene que saber cómo llegar hasta él. Sin contar que hay miles de métodos diferentes, con las variaciones de cada escuela y pensador y probarlas todas sería una locura. En fin, la reacción de cada persona frente a los terapeutas es diferente, y yo solo puedo hablar de la mía.
Estuve en el despacho de dos psicólogos, una psicopedagoga y un psiquiatra. ¿Por qué empecé a ir? Mi mamá me mandó. Ella me había visto unos cortes, y en seguida me sacó un turno para una psicóloga. Creo que eso fue una de las cosas más contraproducentes al inicio de mi tratamiento, porque yo definitivamente no tenía ningún interés en ir.
Así conocí a mi primera psicóloga, una que trabajaba en el Hospital Güemes (leáse, la que cubría la obra social y por ende, era gratis). Me caía demasiado mal, probablemente por la mala predisposición con la que fui. Cada palabra que pronunciaba me hacía odiarla, la consideraba una total idiota. Sentía que era una de esas minas que se había graduado y recién estaba empezando a ejercer el título, por lo que no tenía idea de cómo tratar a su paciente. Verla a ella activó (qué raro...) mi instinto de superioridad. Simplemente, creía que yo era mejor de ella, y que estar en esa oficina era un desperdicio. Imagínense lo que era mi cabeza, para empezar a cortarme antes de cada sesión, solamente para poder pensar "mirá, estoy cortada y vos no tenés idea, sos una idiota" mientras la veía hablarme. No me costó demasiado hacer que me soltara, a los dos meses ya había finalizado mi ciclo y ella creyó que no necesitaba otro.
Por supuesto que para mí todo eso había sido absurdo y me sentía exactamente igual que como había entrado. Un tiempo después, mi mamá vio unos folletos en una puerta que está sobre la misma calle que mi casa, resultó ser la dirección de un psicólogo. Me dijo que me había sacado un turno, que me haría bien ir. Cuando vi la fachada, ya me imaginé que iba a ser cualquier cosa, y que un par de las cosas que más habían influido en la decisión de mandarme allí eran: podía ir sola sin ningún problema y salía barato. La primera sesión mi mamá tuvo que quedarse adentro y el nuevo psicólogo, Pablo, comenzó con sus charlas. Al principio parecía un tipo copado, alguien que decía cosas bastante lógicas. Había cosas de su método que eran productivas, y muchas de las que hoy en día sigo recordando. Pero con el tiempo me empezó a aburrir, y creí que el que estaba un poco loco era él, no yo. Para mí que era seguidor de Freud igualmente, todo lo que le decía tenía siempre algo que ver con la sexualidad. En fin, le dije que no quería hacer más terapia y dejé de ir. Un par de veces me lo crucé por la calle y me obligó a entrar a su consultorio y contarle qué era de mi vida. Pobre, qué se yo.
Mi último intento de terapia fue con mi psiquiatra (no cuento a la psicopedagoga porque no era algo permanente y se superpuso a esto). Al principio prácticamente no me habló, me hizo montones de tests. Cuando me empezó a hablar me cayó realmente bien, y sentí que comprendía bastante mis gustos. Siempre me decía que mi grupo era "intelectual" y me recomendaba libros y obras de teatro, aunque me dijo que dejara de leer a Dostoievski porque me iba a deprimir más (en eso obviamente nunca le hice caso). Me hizo varias preguntas, a las que yo no podía responder. Una vez me dijo "¿Qué es la realidad?". Aún me acuerdo de mi respuesta "Yo sé qué es lo que usted quiere que le responda, pero realmente no lo creo." Le dije lo que yo sabía que quería escuchar ("La realidad es todo aquello que es percibido de la misma forma por las personas que viven") pero le expliqué mi disconformidad con la frase. Me dijo que esa era justamente la definición que debería dar, que aunque yo no lo creyera, eso era la realidad. Ahora que lo pienso, fue una respuesta medio esquizofrénica. Igual que todas mis afirmaciones de que querían controlar mi cerebro (sí, suena loco). Tal vez por eso me empezó a medicar con antipsicóticos. Además, me explicó que tenía una disposición genética general, y por eso había casos de depresión y suicido en mi familia. Y que lo demás se aprende, o se genera a partir de las vivencias personales. Una vez me dijo "Sinceramente no puedo culparte, razones para deprimirte tenés de sobra". Qué triste. En fin, después de casi un año, terminé mi tratamiento. Me advirtió que podría tener recaídas y todo eso. Pero bueno, concluyó de manera pacífica.Y quién sabe cuándo volveré.
Las apariciones de la psicopedagoga fueron esporádicas, era la del colegio. Me había llamado con anterioridad, pero digamos que se preocupó una vez que me escapé del colegio. Me insistía en realizar un tratamiento psicológico además del psiquiátrico. Lo consideré una idiotez, se lo comenté a mi psiquiatra y se mató de risa. Después le mandó un sobre con revistas de psicología y una entrada gratis a una conferencia de psicólogos, al mejor estilo de "primero aprendé y después hablá". Es un genio. Algún día voy a volver a visitarlo.
martes, 4 de enero de 2011
Father and daughter
lunes, 3 de enero de 2011
Die Welle
A veces me pregunto hasta qué punto uno puede ser individualista. ¿Realmente existe el individualismo? ¿Realmente existe la dictadura? Hay cosas que hacemos diariamente y nadie considera dictatoriales. Si lo piensan de la manera más abstracta posible se darán cuenta. Estamos insertados en algo que no sabemos qué es con exactitud, ese algo que se denomina sociedad, comunidad. A mí eso me parece dictatorial. Cuando digo que la escuela es una especie de manipulación, no lo digo porque soy vaga y no se me canta estudiar. Pero piénsenlo un rato. Nosotros inventamos este juego. Nosotros inventamos las normas, las leyes. ¿Por qué seguimos algunas y no otras? ¿Cuál es el factor que determina lo que es correcto y lo que está mal?
Me parece que la película es una fiel representación a la realidad. Lo único que falta es darle un significado más completo, la segunda acepción de la palabra por así decirlo. Porque al final, todos vivimos en una dictadura que nosotros mismos creamos, pero no nos damos cuenta. Forzamos a los demás a encajar en nuestra propia realidad y no nos damos cuenta. Dictadura no es solo imponerse como líder en un grupo y hacer que la gente se mate entre sí. Dictadura es burlarse del que tiene una enfermedad mental o una discapacidad. Dictadura es evitar hablar con quien no se viste como uno. Dictadura es pegarle a un niño porque no terminó su comida. Pero es propia del ser humano. Y sin dictadura, nos estaríamos quejando del liberalismo. No digo que esté bien. Tampoco que esté mal. Simplemente es parte de este mundo, y permanecerá eternamente en él.