viernes, 1 de abril de 2011

Casa tomada

Qué loco esto de sentirse encerrado en la casa de uno. No, no estoy alucinando que soy un cuento de Cortázar, no puedo ir ni al colegio ahora. Mi viejo está afuera, tocando el timbre desesperadamente y golpeando las ventanas. Alguien en algún momento lo dejó pasar y él ahora da embestidas contra la puerta interior en su afán de entrar. Después de seis llamadas, la policía decide que ahora el tema es lo suficientemente importante para que un móvil se aparezca en la puerta de mi casa. Y yo acá, esperando, preguntándome qué irá a pasar.

A través del intercomunicador fluyó algo mío que quizás es lo que le falta a mi mamá y yo no sabía que podía hacer. "Ahora te jodés, pelotudo. Ma, llamá a la policía".

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