Qué giros inesperados. A veces parece una condena eterna, como un pasillo interminable de sufrimiento y desasosiego infinito. Pero hoy no. Hoy, por primera vez tuve miedo de que fuera muy corta. De repente, sin explicación alguna sentí que quería estar acá. Fue algo demasiado extraño de experimentar, simplemente estaba feliz. Se me escapaba, se me escurría entre los dedos y yo no quería que se fuera. No quería, no lo entiendo. Algo me está pasando.
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