A veces me leo y me repito que debo dejar de escribir estupideces. Luego recuerdo que la estupidez es inherente a mi persona y que intentar deshacerme de ella es como pretender que los peces vuelen. Por cierto, me gusta cuando mis peces se ponen en lugares de la pecera que dan la ilusión de duplicarlos. Ahora tengo cuatro, pero en realidad son solo dos. Y a quién carajo le importa.
// Solo una vez pudo reírse de su contradicción y de volar como si fuera un pez que ahora camina cumpliendo una misión. Solo una vez pudo aguantarse de querer existir, logró burlarse del sentido común y de las cosas que no saben morir.
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