El puente en el parque
Repentinamente le invadieron unas ganas extaordinarias de vivir. El corazón le daba vuelcos y le pedía encarecidamente que lo dejaran salir y empaparse de brisa fresca con el aroma de flores delicadas. Deseaba correr libremente bajo el cielo resplandeciente, sentir el calor de los amantes al besarse, oír las risas de los niños al jugar y vislumbrar a lo lejos una caricia sobre un recién nacido. Quería cantar, silbar, volar, amar. Y entonces, sin saber cómo acallar tan irrefrenables deseos, saltó.
saltemos entonces jajaja aunque sea de un puente de 2 cm asi cumplimos nuestro sueño jjajajajjaa
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